Conoce a las familias Baumann (de Wisconsin, USA) y Bajeux (de Chamonix, Francia), dos socios de HomeExchange.com que han organizado una experiencia de intercambio bastante única para las hijas de la familia francesa: ¡un intercambio lingüístico para mejorar su inglés!

Cuando oímos hablar de la preciosa experiencia de la familia Bajeux, no pudimos resistirnos en preguntarles que la compartieran con nuestra comunidad de intercambio de casas. El hecho de que sus dos hijas fueran alojadas por la familia Baumann en Wisconsin durante varias semanas y tuvieran la oportunidad de mejorar su nivel de idiomas (inglés) es sencillamente fabuloso. Es una historia ya pasada pero la recuerdan con todo detalle y mucho afecto…

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Empezó en el 2005, cuando los Baumanns vinieron a Chamonix con sus cuatro hijos (en aquel momento tenían 17, 15, 13 y 8 años) para un intercambio no simultáneo con la familia Bajeux, del 1 de junio al 1 de julio. “Nuestro intercambio con Sabine y Thierry fue realmente algo único en nuestra vida -distintas experiencias que cada miembro de la familia aún recuerda hoy en día-“, explica Scott Baumann.

Compartieron varias cenas juntos e incluso un par de excursiones de senderismo en la preciosa región de los Alpes, paseando y descubriendo algunos de los lagos. Aunque todos hablaran inglés y francés y no hubiera barreras lingüísticas, Sabine Bajeux dice: “Nuestro inglés en aquel momento era muy básico y nos reímos mucho intentando entendernos unos a otros. ¡Guardamos un buen recuerdo de ello!

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Un mes después de la experiencia en Chamonix, las dos hijas de los Bajeux salían para los Estados Unidos. Sabine nos lo explica: “El acuerdo era que los Baumanns acogían a nuestras dos hijas en su casa de Wisconsin, en la que tienen caballos. Puesto que sus hijas tienen la misma edad que las nuestras, pasaron un mes durante el verano estudiando inglés con la familia.”

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Para las adolescentes francesas fue una increíble oportunidad de inmersión lingüística, viviendo como los locales y mejorando cada día su inglés de forma divertida. Para los Baumanns, también fue una buena experiencia, como lo cuenta Scott: “La familia Bajeux se ocupó con entusiasmo de que nuestra visita en Francia fuera agradable y es algo que siempre recordaremos. Acogimos a sus dos hijas mayores -Sophie y Anaïs– con ese mismo espíritu, y las tuvimos en casa durante todo el mes de agosto. Era fantástico porque no eran extrañas para nosotros cuando fuimos a buscarlas al aeropuerto de Minneapolis, sino más bien amigas con las que ya habíamos compartido excursiones, comidas familiares, etc. A la hora de marcharse a Francia, hubo muchas lágrimas en el aeropuerto y, al volver a casa, encontramos una nota que nos habían dejado, contando sus recuerdos y dándonos las gracias por las aventuras compartidas y nuestra acogida.”

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La experiencia fue tan satisfactoria para los Baumanns que aceptaron con gusto alojar a otra chica francesa dos años más tarde. “Unos 18 meses después de nuestra experiencia con la familia Bajeux, se pusieron en contacto con nosotros unos amigos suyos que viven cerca de Marseille para preguntarnos si su hija podría también pasar un mes con nuestra familia el verano siguiente. Fue una nueva experiencia cuando fuimos a buscarla al aeropuerto, ¡ya que era una desconocida total para nosotros! Mediante el amor compartido por la equitación, tanto para montar como saltar, y como además tenía la misma edad que nuestras propias hijas, no tardaron nada en hacerse amigas. Disfrutamos de varias aventuras con nuestra nueva amiga -incluyendo un viaje de cross-country por los Estados Unidos- y, de nuevo, se terminó con muchas lágrimas vertidas en el momento de separarse, y buenos recuerdos compartidos. A fin de cuentas, de eso se trata en la vida. En ese aspecto hemos invertido mucho en nuestros hijos porque los regalos de Navidad y de cumpleaños se suelen olvidar con bastante rapidez, pero no esas vivencias.”

No podemos estar más de acuerdo con Scott. Buenos recuerdos y experiencias. Desde luego, ¡de eso se trata en la vida!