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En HomeExchange, nos encanta dar la palabra a quienes mejor pueden hablar de nosotros: nuestros miembros. Este testimonio fue escrito por Rachel, una miembro maravillosa que ha utilizado HomeExchange para fugarse no una, sino tres veces… ¡y todavía no ha terminado!
Descubre cómo funciona HomeExchangeAsí comenzó nuestra historia de “bodas íntimas” alrededor del mundo
Cuando mi pareja, Andy, y yo empezamos a pensar en fugar-nos para casarnos, nos sentimos abrumados. El mundo está lleno de lugares increíbles y elegir solo uno para nuestro “gran día” parecía imposible. ¿Sería una playa tropical? ¿Una cima de montaña aislada? ¿Una ciudad vibrante? Las opciones eran infinitas y no lográbamos decidirnos.
Entonces, Andy tuvo una idea genial y completamente poco convencional:
“¿Y si simplemente elegimos un primer lugar… y seguimos eligiendo nuevos lugares para ‘fugarnos’ el resto de nuestras vidas?”
La idea era sencilla, pero emocionante. En lugar de una única boda, tendríamos toda una vida de celebraciones, solo nosotros dos —y a veces con nuestra familia—. Empacaríamos nuestra ropa de boda, organizaríamos nuestras propias ceremonias y encontraríamos lugares increíbles para hospedarnos.
Lo que hizo posible este sueño fue descubrir el mundo de HomeExchange, un servicio de hospitalidad que nos ha abierto las puertas a experiencias de viaje únicas y asequibles.
Una “primera boda” en la costa del Pacífico
Nuestra primera “boda real” tuvo lugar en San Diego, un destino que nos pareció a la vez aventurero y accesible. Llevamos a nuestras hijas con nosotros, emocionadas por conocer la Costa Oeste por primera vez. Nos alojamos en una preciosa casa de HomeExchange donde nuestros anfitriones se volcaron por completo: nos dejaron regalos especiales y un gran ramo de flores que llevé durante la ceremonia.

La ceremonia fue preciosa, sobre la rocosa costa californiana —un tipo de playa que nuestras hijas nunca habían visto—. Pero, en un hermoso giro irónico de la paternidad, sus momentos favoritos no fueron las olas ni los votos matrimoniales. Lo que más recordaron fue ayudar a limpiar la piscina y comer naranjas recién cogidas del árbol junto al agua. Fue un recordatorio perfecto y conmovedor de que la aventura, especialmente para los niños, se encuentra en los momentos más sencillos y auténticos.
Hawái: un escenario perfecto para celebrar el amor una y otra vez
Después del éxito en San Diego, la atracción de las islas hawaianas fue irresistible. Gracias a HomeExchange, pudimos visitarlas varias veces —algo que habría sido imposible con nuestro presupuesto si hubiéramos tenido que pagar hoteles—.
Celebramos nuestro matrimonio en varias playas hawaianas, capturando nosotros mismos esos momentos especiales al amanecer y al atardecer. Cada vez fue como renovar nuestros votos y profundizar en nuestro amor mutuo y en este estilo de viaje que valora la experiencia por encima del gasto.
Alojarse con HomeExchange en Hawái significó que no éramos simples turistas: éramos locales temporales, viviendo en barrios reales y disfrutando de la verdadera vida isleña. Estos intercambios nos ofrecieron un nivel de comodidad y libertad que ningún resort puede igualar, permitiéndonos concentrarnos en nuestras celebraciones y crear recuerdos íntimos en familia.
Boda íntima en Costa Rica: naturaleza, familia y momentos únicos
Nuestra “fuga” más reciente añadió una nueva dimensión a nuestra tradición: incluir a mis padres en el viaje. Esta vez, encontramos una espectacular casa de HomeExchange en la zona montañosa de Costa Rica. La vivienda se sentía como un refugio aislado, y nuestros anfitriones fueron fundamentales: nos dieron recomendaciones valiosas, nos orientaron sobre qué visitar y se aseguraron de que mis padres,con movilidad limitada, estuvieran cómodos y también tuvieran sus propias aventuras.

Un día, mientras mis padres disfrutaban de un tour botánico por la finca con nuestros amables anfitriones, Andy y yo nos escapamos. Caminamos hasta una cascada remota, completamente solos en un escenario de postal. Nos cambiamos a nuestra ropa de boda y, rodeados por los sonidos y colores de la selva tropical, volvimos a intercambiar nuestros votos. Fue un momento romántico y poderoso que demostró que, incluso viajando en familia multigeneracional, siempre hay espacio para un instante privado y profundamente personal.
El amor y los viajes con HomeExchange: una celebración sin fin
Nuestro viaje de “fugarnos toda la vida” nos ha enseñado que una boda no es un solo día: es una celebración continua de la pareja y la aventura. Gracias a HomeExchange, hemos hecho de este sueño una realidad, creando recuerdos invaluables sin vaciar nuestros bolsillos.
Hemos podido compartir estos momentos no solo entre nosotros, sino también con nuestras hijas y nuestros padres, tejiendo una rica historia de viajes en familia y celebraciones personales.
Este enfoque poco convencional nos ha regalado una vida de aventuras compartidas y ceremonias privadas, sustituyendo el estrés de un único evento por la alegría de un descubrimiento constante. Nuestro álbum de bodas sigue creciendo: amaneceres sobre el Pacífico, atardeceres en playas hawaianas y votos junto a una cascada costarricense.
Es un testimonio de la idea de que el amor, como los viajes, es un camino sin destino final.
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