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El turismo internacional no ha dejado de crecer en los últimos años. Aunque, por supuesto, puede tener un impacto positivo en el desarrollo económico de una región, también puede tener efectos perjudiciales para el medio ambiente y las comunidades locales. Esto es especialmente relevante en el caso de los lugares turísticos excesivamente visitados, que pueden experimentar daños en el medio ambiente y los ecosistemas, degradación del patrimonio y distorsión de la calidad de vida de la población local.
Encontrar una mejor distribución del tráfico turístico a lo largo de la zona y del año se ha convertido en un reto importante para estos destinos. De Venecia a Ámsterdam, pasando por las Calanques marsellesas, he aquí un breve repaso de las diversas medidas puestas en marcha por distintos lugares para hacer frente a que sus lugares turísticos alcancen su capacidad máxima.
¿Qué soluciones se han puesto en marcha para combatir la saturación turística?
Para algunas regiones, ya no se trata de desarrollar el turismo, sino de limitarlo. He aquí 8 ideas arriesgadas aplicadas por destinos de todo el mundo para combatir el turismo excesivo.
1. Cobro a los turistas por visitar un destino: nuevos impuestos
Venecia es un excelente ejemplo de destino afectado por el turismo masivo. Tal es la amenaza que pesa sobre la ciudad y su laguna que, en 2023, la UNESCO recomendó inscribir el destino en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro. Tras la introducción de un sistema de gestión del flujo de visitantes, esta recomendación aún no se ha aplicado.
A partir de este año, Venecia cobrará a los turistas 5 € por un solo día de visita. Es la primera ciudad del mundo que cobra entrada, como si fuera un museo o un parque. Este impuesto se suma a otras medidas ya adoptadas por la ciudad, como un cupo de visitantes para acceder a la plaza de San Marcos durante el Carnaval y la prohibición de cruceros más grandes.
2. Introducción de cuotas turísticas y reservas obligatorias
Muchos lugares turísticos se han visto debilitados por el turismo de masas. Para minimizar su deterioro, cada vez más destinos limitan el número de visitantes a los sitios naturales y patrimoniales.
Quizá uno de los ejemplos más conocidos sea Machu Picchu, que, amenazado por la erosión, está ahora limitado a 2.500 visitantes al día. Además, los turistas deben** reservar una franja horaria** para su visita, están limitados a cuatro horas in situ y deben ir acompañados de un guía autorizado.
En Francia, varios destinos también han optado por este método. Un ejemplo es el Parque Nacional de las Calanques de Marsella, que desde 2022 exige una reserva para acceder a la Calanque de Sugiton, también en riesgo de erosión. Ahora el acceso está limitado a 400 personas al día en verano. Además, desde el verano de 2021, la isla de Porquerolles, en la región de Var (entre muchas otras), ha introducido un límite de 6.000 visitantes al día.
Las cuotas turísticas y las reservas obligatorias ya son la norma para visitar los museos más populares. ¿Y si esto se convirtiera también en norma para los sitios naturales e históricos?
3. «Demarketing»: campañas de relaciones públicas disuasorias
Cuando hablamos de turismo, el demarketing es un concepto diseñado para disuadir a los visitantes, temporal o permanentemente, de visitar un sitio saturado. Existen varias estrategias de demarketing. El destino puede optar por dejar de publicitar por completo, como en el caso de los Países Bajos, donde la atención se centra ahora en gestionar el destino y acoger a los turistas, en lugar de en la promoción.
Algunos destinos, como Ámsterdam, están optando por una publicidad diferente, promoviendo rutas alternativas para descongestionar determinados lugares e intentando atraer a un tipo de viajeros diferentes, más afines al slow travel o viajes lentos.
Por último, los destinos también pueden optar por utilizar mensajes disuasorios. Marsella, por ejemplo, ha optado por contrarrestar la imagen idílica de las Calanques en verano, presentando la realidad tal cual es en su sitio web. Por ejemplo, se pueden leer frases como «de difícil acceso, espacio reducido y masificado en verano».
4. Regulación de los alquileres a corto plazo
He aquí otra iniciativa para frenar el turismo de masas, esta vez dirigida a los alojamientos turísticos, especialmente los de alquiler a corto plazo. Tomemos Dubrovnik como ejemplo. Durante varios años, la ciudad se ha visto inundada por los fans de la serie Juego de Tronos y ahora la ciudad apuesta por un turismo equilibrado. Entre las medidas adoptadas, la ciudad pretende regular los alquileres de temporada tipo Airbnb, prohibiendo nuevos permisos de alquiler en el casco antiguo.
Nueva York es también una de las ciudades que luchan contra los alquileres de corta duración, imponiendo condiciones drásticas a quienes alquilen alojamientos por menos de 30 días. Estas iniciativas contribuyen a reducir los problemas y a proteger el patrimonio inmobiliario de la ciudad.
En materia de alojamiento, Ámsterdam y Barcelona también han tomado medidas excepcionales, anunciando que ya no autorizarán la construcción de nuevos edificios hoteleros.
5. Restricciones en los cruceros
Entre el turismo de masas y el desastre medioambiental, los cruceros han dejado de ser divertidos. Para combatir la contaminación asociada a los cruceros y la invasión de cruceristas en las calles, cada vez más destinos deciden limitar el número de barcos autorizados a atracar en sus aguas.
Por ejemplo, la enormemente popular isla española de Mallorca limita las llegadas a sus costas a tres buques, incluido un único «megacrucero». Desde 2019, Dubrovnik también ha limitado las llegadas por mar a dos cruceros al día, con un máximo de 4.000 pasajeros cada uno. Por su parte, Ámsterdam y Venecia simplemente han decidido prohibir los cruceros en sus aguas.
6. Restringir el tamaño de los grupos de turistas
Entre las diversas soluciones que se están probando para combatir el turismo masivo, algunos destinos están abordando los viajes en grupo, que causan problemas y provocan una concentración excesiva de visitantes en un mismo lugar.
Es el caso de Venecia y San Sebastián, que han decidido limitar el tamaño de los grupos a 25 personas y prohibir el uso de altavoces por parte de los guías.
7. Promover los viajes fuera de temporada
Algunos destinos intentan repartir la llegada de turistas a lo largo del año para evitar el exceso de turismo en verano. Es el caso de la Red de Grandes Sitios de Francia, que incluye lugares como la Duna de Pilat, el Monte Saint-Michel y los acantilados de Étretat, que apuestan por publicitar actividades fuera de la temporada de verano. Cada vez son más los destinos que lanzan campañas para promocionar los viajes fuera de temporada como una experiencia más auténtica, respetuosa y tranquila.
8. Iniciativas para promover la vida local
Algunos destinos también están adoptando medidas menores para combatir la hiperconcentración turística y permitir que los residentes locales recuperen cierta calidad de vida. Barcelona, por ejemplo, ha eliminado de Google Maps una ruta popular de autobús. Esta ruta estaba originalmente diseñada para los locales, pero estaba siendo asediada por turistas que iban a visitar el Parc Güell.
Otra iniciativa sorprendente procede de Portofino, un pequeño pueblo italiano de 400 habitantes que a menudo se ve desbordado por la afluencia de turistas. Desde 2023, un decreto prohíbe a los visitantes pasear por “zonas rojas”, con una cuantiosa multa para quien haga caso omiso de ellas. El objetivo es evitar que los turistas se entretengan tomándose selfies.
Viajar de otra manera: el papel de los visitantes en la lucha contra el turismo masivo
Entonces, ¿cómo puedes actuar tú contra el turismo de masas cuando viajes? Existen multitud de prácticas en lo que se conoce como «turismo responsable», que propone un enfoque ecorresponsable de los viajes. Entre las diversas iniciativas disponibles, puedes optar por formas de alojamiento más responsables, como el intercambio de casas.
Los intercambios de casas no sólo evitan la concentración excesiva en las zonas turísticas animando a los viajeros a salirse de los caminos trillados y contribuir a la construcción hotelera, sino que también promueven un turismo más justo y “lento”.
Busca un intercambioComo viajero/a responsable, también puedes elegir viajar fuera de temporada. No sólo evitarás contribuir a la saturación de los lugares, sino que también disfrutarás de una serie de ventajas como precios más bajos, mayor facilidad de contacto con los residentes, ausencia de aglomeraciones de visitantes y mucho más.
En la medida de lo posible, evita los lugares que aparecen en exceso en los medios de comunicación o en las redes sociales. De hecho, es buena idea no geoetiquetar las fotos al compartirlas en las redes sociales, para proteger los lugares del turismo excesivo.
Por último, ten siempre presente el principio de “no dejar rastro” para limitar tu impacto cuando visites lugares naturales en particular. Por ejemplo, no dejes basura, respeta la fauna (no te acerques a los animales ni arranques la flora), mantente en los senderos señalizados, etc.
¿Estás listo/a para convertirte en un viajero responsable y descubrir el intercambio de casas? Entonces, ¡firma nuestra carta!
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Referencias
¹ World Tourism Organization figures
² UNWTO and ITF - Transport-related CO2 emissions in the tourism sector, 2019
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