Conoce a un miembro: cuando un intercambio de casas en una isla paradisiaca acaba con la compra de otra vivienda justo al lado
Stéphanie, “Family Manager” según su propia definición, es miembro de TrocMaison.com desde el año 2007. La hemos conocido en la fiesta del 10º aniversario de TrocMaison, a la que asistió. Ese día, nos contó su increíble historia. Entonces le pedimos que escribiera un breve artículo para contarla. Buena lectura y… ¡buen viaje!
“Los intercambios de casas nos han permitido recorrer el planeta y vivir experiencias únicas, muy enriquecedoras. Gracias a las propuestas que recibimos, hemos descubierto lugares mágicos que sin duda no habríamos pisado nunca. Por ejemplo, descubrimos el Lago de Garda, en Italia, mediante un intercambio. Nos enamoramos de la zona y, desde entonces, volvemos a menudo.
Hace dos años, recibimos una propuesta de unos americanos que tenían una villa en Curaçao. ¡Yo pensaba que el curaçao era un alcohol de color azul, y nada más! Pues también es una isla, frente a las costas de Venezuela, que forma parte de las Antillas neerlandesas, junto con Bonaire y Aruba. Como a mi marido y a mí nos apasiona el buceo, que Curaçao es famoso por sus fondos marinos y que la casa estaba a orillas del mar, con todas las comodidades de un “resort”, dijimos adelante y nos fuimos con nuestros dos hijos.
Mientras tanto, nuestro partner de intercambio, una americana y su madre, se alojaron en nuestro dúplex parisino y también en nuestra casa de campo en el departamento de Yonne. Les ayudé a alquilar un coche y a organizar bonitas excursiones en la región de Borgoña. Les indiqué todos los buenos restaurantes de la zona, las tiendas más interesantes, los mejores sitios dónde comprar en el barrio, etc. Por su parte, tuvieron la amabilidad de mandarnos un libro sobre Curaçao antes del viaje, para que lo pudiéramos preparar y descubrir sus maravillas. Hemos pasado 2 semanas en ese pequeño paraíso terrenal. Nos han mimado como si fuéramos invitados de marca.
Es en Curaçao donde hemos pasado las mejores vacaciones en familia desde que tenemos hijos. Siempre hace buen tiempo, el agua está caliente y es una isla apartada de la ruta de los ciclones. Hay 36 playas diferentes, a cada cual más bonita, algunas equipadas con tumbonas, música lounge y restaurantes, y otras completamente salvajes. La Dolphin Academy permite nadar con delfines y, en la granja de avestruces, los niños pueden darles de comer a estas curiosas aves. En el norte de la isla, ¡el espectáculo de Boca Tabla y sus cuevas en las que el mar irrumpe con fuerza, acompañado por el ulular del viento, es absolutamente fascinante!
Otro motivo por el que nos gusta el intercambio de casas es porque nos permite practicar una de nuestras pasiones, el buceo. Pudimos explorar el pecio del avión B17 en Córcega, cerca de Calvi, otro pecio de un velero que se hundió en Acapulco, Mexico, ¡e incluso ver peces-payaso en sus anémonas en Kho Phi Phi, en Tailandia!
En Curaçao, había un club de buceo para alquilar el material en la misma playa de nuestro resort, a 5 minutos a pie de casa. Pudimos dejar a nuestros hijos en el club infantil mientras tanto. A pesar de tener un nivel avanzado PADI Advanced y haber hecho más de cincuenta sumersiones en el mundo entero, no habíamos salido nunca sin monitor. Este intercambio nos permitió bucear solos por primera vez, partiendo de la playa. No hizo falta llevarnos en barco: bastaba con nadar unos cincuenta metros para llegar a un acantilado marino llamado “El Jardín”. ¡Era una maravilla, con su fauna y su flora de todos los colores! Hasta nuestros hijos pudieron descubrir el buceo con máscara y nadar entre peces exóticos en aguas a 28 grados. Curaçao ofrece otros lugares de buceo muy conocidos para los amantes de este deporte, como la Mushroom Forest o el pecio del barco Superior Producer.
Para resumir, nos ha gustado tanto este lugar que hemos empezado a mirar si había casas en venta en el resort, y adivinen qué pasó: ¡hemos comprado la casa adosada a la que habíamos intercambiado!
Gracias a nuestro partner de intercambio, hemos descubierto este paraíso desconocido para los franceses. Pudimos hacerles todas las preguntas prácticas relativas a la compra de una casa allí. El marido fue muy simpático y se mostró siempre disponible, informándonos durante todo el proceso de compra. Por el hecho de estar en contacto con él, todo fue más sencillo y no sentimos desconfianza al hacer esta adquisición en el extranjero porque nos contaban su propia experiencia. Desde entonces, Joe y Michelle son nuestros vecinos. Sin los intercambios de casas, ¡jamás habría surgido esta idea de comprar una casa fuera de Francia!”
¡Estupendos intercambios!
~ Stéphanie. Su oferta en Curaçao: #483721