En HomeExchange nos encanta dar la palabra a quienes mejor pueden hablar de ello: nuestros miembros. Este testimonio fue escrito por Céline, embajadora de HomeExchange, que comparte con nosotros su increíble aventura de 14 meses en familia gracias al intercambio de casas.

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Nuestro loco proyecto de intercambio a largo plazo

Del sueño...

Somos una familia viajera y completamente adicta al intercambio de casas desde hace más de diez años. Gracias a los intercambios hemos recorrido el mundo con nuestros hijos, pero también hemos descubierto muchos rincones en Francia, en Europa ¡e incluso a la vuelta de la esquina!

En 2020, después de meses de preparación para una vuelta al mundo en intercambio, dos aplazamientos y una cancelación a causa del COVID, pudimos por fin volar a la Polinesia durante casi 3 meses. Una estancia maravillosa: como dicen allí, ¡nos picó el tiaré! Así que, por supuesto, sólo teníamos un deseo: regresar, pero esta vez de una manera aún más inmersiva, como locales, con un intercambio de larga duración de 14 meses, con el objetivo de trabajar allí y escolarizar a los niños.

viajar con homeexchange

...a la realidad

Para hacer realidad este sueño, empezamos a buscar un intercambio de un año completo. Trabajamos en el proyecto con casi dos años de antelación. Poco a poco, este sueño un poco loco se volvió tangible, pero lo que realmente lo hizo posible fueron los lazos creados en 2020 con una de las familias de intercambio. Esa pareja, que se convirtió en amiga cercana, aceptó hacer un intercambio de larga duración y nos ofreció su casa por un año. Ellos se jubilaban, querían pasar tiempo con su familia en la Francia metropolitana y además buscaban a alguien que cuidara la casa y de sus dos perras enfermas. ¡Las estrellas se alinearon!

Polinesia Francesa: 13 meses en el corazón de la laguna

Comenzamos con varios intercambios en distintas islas para disfrutar de unas vacaciones antes del inicio del curso escolar en Tahití, a mediados de agosto. Luego llegó nuestro refugio para el resto del año: una casa abierta junto a la laguna, rodeada de exuberante vegetación, el sonido de las olas y fruta fresca al alcance de la mano.

viaje de un ano en familia con homeexchange

Muy pronto este lugar se transformó en nuestro hogar: salidas en kayak por la laguna, nado con tortugas y tiburones, clases de danza tahitiana, confección de coronas de flores con las vecinas u observación de ballenas junto a los pescadores locales. Ya no era un paisaje exótico, sino nuestra vida cotidiana, llena de encuentros y momentos compartidos.

Nueva Zelanda: 1 mes de escalas y encuentros

Aprovechando las largas vacaciones de diciembre en Polinesia, partimos a refrescarnos en Nueva Zelanda: un recorrido de un mes, donde cada intercambio nos introducía en un nuevo escenario, fiordos majestuosos, colinas onduladas, cielos inmensos, encuentros con leones marinos.

En cada casa había una nota personalizada, un regalo local sobre la mesa, un gato para mimar, vecinos con quienes charlar y consejos de lugares por descubrir en los alrededores. Todos estos gestos sencillos se transformaron en recuerdos inolvidables. Mención especial para la increíble comodidad de la ropa de cama en Nueva Zelanda ¡creo que anoté al menos diez marcas de sábanas, almohadas y edredones para equipar nuestra casa en Normandía!

nueva zelanda en familia por un ano

Estados Unidos: 3 semanas de road trip como en las películas

Al acercarse el final de nuestra estancia en Polinesia, no queríamos perder la oportunidad de hacer una parada en Estados Unidos, un país que no conocíamos todavía. ¡Era una ocasión de descubrimientos que no podíamos dejar pasar!

Durante tres semanas recorrimos el país a través de intercambios, una vez más enriquecidos por auténticos encuentros humanos. Uno de los momentos más memorables fue en un intercambio de hospitalidad, donde compartimos un abundante desayuno americano preparado por nuestro anfitrión (pan de canela, brioche, frutos rojos del jardín, mermelada, mantequilla de maní...) en la terraza, rodeados de ardillas juguetonas y algunos ciervos que pasaban discretamente.

San Francisco, Yosemite, Death Valley, Las Vegas, Monument Valley, Joshua Tree, Los Ángeles y muchos otros lugares espectaculares en medio del desierto nos dejaron recuerdos inolvidables, nuevas amistades y mil ideas para futuros intercambios.

viaje en familia en estados unidos con homeexchange

Una experiencia que supera el sueño

¿Qué aprendimos de esta aventura? No solo paisajes de leyenda, sino también sonrisas compartidas, gestos sencillos, momentos de serenidad que resuenan en el tiempo, y experiencias familiares increíbles que quedarán grabadas para siempre.

Gracias a HomeExchange, viajar se ha convertido en un estilo de vida, lleno de encuentros y humanidad.

nueva zelanda en familia por un ano con homeexchange

A todos los futuros HomeExchangers: ¡atrévanse! Abrir su puerta es el inicio de otro hogar, en otro lugar, y de nuevas amistades.

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