Las casas-barco son opciones divertidas y cómodas para un intercambio de casas

¿Cuál es la forma más interesante de visitar y experimentar la pintoresca ciudad de Ámsterdam? En barco. Bueno, en realidad, ¡viviendo en una casa-barco!

Actualmente, hay más de 2.000 casas-barco atracadas de forma permanente en el circuito de canales, del siglo 17, que rodea Ámsterdam. Su situación muy céntrica, su confortable acondicionamiento y su encanto las convierten en una opción exótica al mismo tiempo que práctica para visitar los Países Bajos.

Estas son las historias que nos cuentan algunos socios, muy felices después de un intercambio con una casa-barco.

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Ámsterdam es una ciudad de gran significado para mí. Viví allí cuando tenía veinte años pero quería volver a sus canales y sus calles con mi familia. Siempre he soñado con vivir en una de sus casas-barco, auténticos “pisos” llenos de encanto, con ese ambiente bohemio que los hace únicos. Lo que antes era asequible es económicamente prohibitivo hoy en día.

Sin embargo, al buscar un intercambio en Ámsterdam, ví que había varias casas-barco en la web de IntercambioCasas. ¡Pensé que ésa era mi oportunidad! Al principio, parecía que no íbamos a conseguir convencer a uno de los dueños para un intercambio con nuestra casa, hasta que una familia se puso directamente en contacto con nosotros. Por supuesto, ¡nuestra respuesta inmediata fue “Síííííí”!

El interior de la casa-barco, con sus ventanas de tipo claraboya, era confortable, acogedor y luminoso. Con su cocina perfectamente equipada, disponía de todo lo necesario, incluso un patio-terraza trasero con columpio y hamaca. También había juguetes para los niños. Esta experiencia en una casa-barco y el viaje a Ámsterdam fueron un auténtico descubrimiento para mi hija de seis años.

Ámsterdam es una ciudad única y con encanto, en la que pudimos realizar nuestro sueño de vivir en un barco. Si también es algo que te atrae, ¡no lo dudes y a por ello!

Max, España

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Nuestro intercambio de casas en Ámsterdam, en el año 2011, fue uno de los más memorables. Pasamos una semana en una casa-barco restaurada, en el canal de Prinsengracht, a escasos metros de la Casa de Anne Frank y muy cerca a pie de todo lo que ofrece esta maravillosa ciudad.

Lo que más nos gustó es que pudimos pasar tiempo con nuestros partners de intercambio. Jan, arquitecto, nos hizo una visita guiada de las casas del canal, mostrándonos los jardines ocultos y los edificios históricos. Pim nos llevó a sus mercados, tiendas y restaurantes favoritos. Nos sentamos en la terraza de “nuestra” casa-barco, saboreando una copa como si fuéramos locales, y saludando a los turistas que pasaban en los cruceros de visita guiada.

Es prácticamente imposible alojarse en una casa-barco en Ámsterdam en pleno verano. Pero con HomeExchange fue posible, ¡y además no pagamos alojamiento! Hemos vuelto a Ámsterdam varias veces y aprovechamos para ir a tomar algo con Pim y Jan a su casa-barco.

Ed, Estados Unidos

Comentario de Pim y Jan, dueños de la casa-barco restaurada en la que estuvo Ed: Desde hace 15 años que estamos registrados en HomeExchange, hemos hecho más de 25 intercambios en las casas más románticas y bonitas. Somos conscientes de que tenemos mucha suerte. Podemos organizar fácilmente intercambios no simultáneos porque tenemos la casa-barco y también nuestra residencia principal, en el centro de Ámsterdam. Todos nuestros huéspedes han estado encantados con su estancia en la casa-barco, ¡lo que también nos hace muy felices!

Pim y Jan, Países Bajos

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Intercambiamos con una casa-barco en Ámsterdam en julio de 2015. No habíamos probado nunca la experiencia y sentíamos curiosidad. A los chicos les encantó la idea de vivir en un barco y, una vez a bordo, aprovechaban la proximidad del agua. También jugaban en la orilla, en un bosque cercano. Nos sentimos como si viviéramos en plena naturaleza. Fue un bonito intercambio, algo único. El barco tenía todo el equipamiento necesario, era confortable y su ubicación era muy buena, en un entorno verde y tranquilo, pero a la vez cerca del centro de Ámsterdam (accesible primero en bici para tomar luego un barco). ¡Qué gusto! Lo recomendamos encarecidamente. Si nos surge otra oportunidad de intercambio similar, ¡la aceptaremos sin dudarlo un segundo!

Richard, Francia