¿Os imagináis vivir como auténticos amsterdameses en un barco anclado en un encantador canal? Esto es lo que decidieron Max y su familia, al intercambiar su casa por una casa - barco en Amsterdam para estas vacaciones de verano.
Durante dos semanas, hicieron como los locales: recorrieron la ciudad en bicicleta, jugaron en los parques de la ciudad y se bañaron en los canales junto a cisnes. A la vuelta del viaje, afirman que han hecho realidad un sueño. ¿Queréis saber cómo les fue la experiencia? Leed la opinión de su viaje y registraos luego a HomeExchange para hacer como ellos :)
EXPERIENCIA DE UN VIAJE A AMSTERDAM VIVIENDO EN UNA CASA-BARCO
Amsterdam es una ciudad de referencia viajera en mi vida. Había estado a mis veinte y treinta años y ahora me apetecía muchísimo volver a recorrer sus canales y sus calles junto a mi familia. Una de esas cosas que siempre me habían hecho ilusión de esta ciudad era la posibilidad de vivir en uno de sus barcos, verdaderos apartamentos llenos de encanto. En su momento fueron un sistema alternativo y en la actualidad tienen unos precios absolutamente prohibitivos para mi economía familiar, pero siguen conservando intacto ese aire bohemio que les hace únicos.
A la hora de buscar intercambio en Amsterdam vimos algunas casas-barco listados en la web y pensamos que ésa era nuestra oportunidad. Cuando parecía que no conseguiríamos convencer a ningún miembro para intercambiar con su barco, de repente fue una familia holandesa la que contactó con nosotros con su propuesta de intercambio. Y claro, nuestra respuesta al ver que vivían en una casa-barco fue: ¡Síiii! Sería una sorpresa para mi hija Lluna, de 6 años.
El barco es originario del año 1962 y se encuentra todavía en rehabilitación. Sin embargo, la mayoría de las estancias están ya acabadas. Su interior es cómodo y acogedor, tiene mucha luz, y cuenta con una cocina-comedor bien equipada, con ventanas de estilo ojo de buey. ¡No le faltaba de nada! Ni siquiera los juguetes de los niños que allí vivían y que por unos días fueron de nuestros peques. Además tenía una terraza con un columpio y una hamaca.
Tuvimos la suerte de disfrutar de un clima cálido y soleado sin llegar a ser agobiante. Gracias al sistema de intercambio casas pudimos disfrutar de 15 días sin prisas, tiempo suficiente para recorrer la ciudad, repetir en nuestros lugares favoritos e incluso quedarnos alguna mañana o tarde enteras en el barco sin necesidad de salir a ningún sitio.
Nos encantaron los parques en Amsterdam con prados y piscinas, y la cantidad de mini-granjas abiertas y gratuitas donde los niños pueden jugar. En el intercambio también pudimos usar las bicicletas así que realmente parecíamos una familia amsterdanesa – incluso tuvimos la gran alegría de que algunos turistas se nos dirigían preguntándonos, porque se pensaban que vivíamos allí. ¡Y es que en realidad era totalmente cierto que estábamos viviendo como auténticos amsterdameses!
LO QUE HEMOS APRENDIDO DE NUESTRO VIAJE A AMSTERDAM CON NIÑOS
Hemos aprendido que en un barco se puede vivir perfectamente, que el intercambio de casas es un gran sistema, que los holandeses están enamorados de su ciudad (y nosotros con ellos), que en algunos canales te puedes bañar con cisnes y que con una bicicleta puedes llegar a cualquier lugar sin dejarte la vida en ello. Hemos aprendido que Amsterdam es un estupendo destino familiar y que algún día volveremos, seguro.
A la hora de intercambiar casa con Amsterdam os recomendamos previsión y persistencia y no rendirse porque las mejores propuestas suelen llegar cuando menos te lo esperas. Si realmente ésta es tu elección adelante con ella porque Amsterdam es una ciudad única y encantadora en la que una vez pudimos hicimos realidad el sueño de vivir en un barco.
Acerca del autor
Max López es el fundador deFamilias en Ruta, una comunidad y punto de encuentro independiente en la red donde encontrarás y podrás compartir multitud de experiencias, recursos e ideas para viajar con niños.