Las 10 ciudades más bonitas de Bélgica

Bélgica esconde auténticas joyas urbanas repartidas entre la Región Flamenca y la Región Valona. Si eres un apasionado de los cascos históricos medievales, te fascina la arquitectura de distintas épocas, buscas degustar cervezas artesanales y chocolate de primera calidad, o simplemente quieres empaparte de una cultura rica y variada con ambiente festivo... ¡Bélgica te sorprenderá en cada esquina!

¿Quieres descubrir cuáles son las ciudades más bonitas de Bélgica? Te presentamos nuestro TOP 10 con los destinos que no puedes perderte para sacar el máximo partido a tu próxima escapada por el "país del encanto en miniatura". Una selección pensada para que tu viaje sea una experiencia inolvidable por este pequeño gran país europeo.

1- Brujas: una escapada a la “Venecia del Norte”

Brujas es una pequeña ciudad con un encanto único, llena de lugares de interés para descubrir a pie o en bicicleta, perdiéndose en el centro histórico de estilo medieval . Entre los lugares más destacables están la Grand Place , dominada por el campanario de 83 metros de altura y rodeada de casas con fachadas coloridas, la Iglesia de Nuestra Señora y sus obras de Miguel Ángel, y la Basílica de la Santa Sangre.

Pero lo que hace que Brujas sea tan hermosa son sus canales que atraviesan la ciudad y le valieron el apodo de "Venecia del Norte". Es gracias a este encanto único que la ciudad sirvió como escenario de la película En Brujas con amor. La mejor manera de descubrir Brujas y admirar su increíble arquitectura es realizar un crucero en barco por los canales. Además de su paseo en barco, tómate el tiempo de pasear por el Quai du Rosaire para apreciar la atmósfera de la ciudad.

2- Bruselas: la capital belga imprescindible

La bella Bruselas, a la vez moderna y tradicional, es una delicia para los amantes del patrimonio, del arte y la cultura, de la gastronomía, de la fiesta... ¡O de un poco de todo a la vez! La capital es sin duda una de las ciudades belgas más bellas y ofrece un gran número de visitas y actividades variadas. El centro histórico de Bruselas se presta a agradables paseos: descubre la Grand Place y las galerías vecinas, el famoso Manneken Pis, el barrio real o incluso el barrio de Marolles.

Bruselas es también una de las capitales más verdes de Europa. Disfruta de un descanso en uno de los numerosos parques y jardines de la ciudad, como el Parc du Cinquantenaire. No te pierdas la visita al emblemático Atomium, que, además de su impresionante arquitectura, alberga exposiciones y ofrece vistas panorámicas de la ciudad desde lo más alto. Por último, con sus numerosos bares y restaurantes, Bruselas encantará a los gourmets, ¡pero también a los amantes de la cerveza!

3- Gante: la bonita región flamenca

Gante se encuentra sin lugar a dudas entre las ciudades más bonitas de Bélgica. Situada en la región flamenca, Gante recuerda los encantos de Amberes o Brujas, pero la ciudad es mucho menos conocida por los visitantes. Así que, si buscas una ciudad con un entorno de postal lejos de los destinos turísticos más populares, ¡dirígete a Belle Flamande! A lo largo de sus canales y calles adoquinadas, Gante te invita a un encantador viaje a través del tiempo con su atmósfera medieval.

Esta ciudad portuaria del noroeste del país alberga un gran número de sitios patrimoniales y culturales, como la Catedral de San Bavón, la Iglesia de San Nicolás y el Castillo de los Condes. Además, no te pierdas subir a lo alto del campanario de estilo gótico para disfrutar de las vistas. Para cenar o tomar una copa, dirígete al barrio de Patershol: muchos lugares de moda se han instalado en las pequeñas calles medievales.

4- Malinas: una ciudad poco conocida y llena de encanto

¿Buscas una ciudad bonita y apartada de las rutas turísticas habituales en Bélgica? En el lado flamenco, Malinas es una pequeña ciudad llena de encanto y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A sólo veinte minutos de Bruselas, Malinas te invita a pasear: admirar su arquitectura típica flamenca, subir a lo alto de la torre de la Catedral de San Rumoldo para admirar la vista de la ciudad y luego relajarte en los bonitos muelles del Dyle.

Entre otros lugares de visita obligada en Malinas, recomendamos la visita al Museo Hof van Busleyden para adentrarte en la historia de la ciudad y admirar el antiguo palacio en el que se encuentra. Si eres amante de la cerveza, también está la Brasserie Het Anker, que abre sus puertas al público para descubrir cómo se elabora la cerveza local (¡y degustarla, por supuesto!).

5- Dinant: entre naturaleza, arte y patrimonio

Volvamos al lado francófono para descubrir Dinant, un bonito destino que combina naturaleza y patrimonio en la provincia de Namur. Lo más impresionante de Dinant es su ciudadela situada sobre un acantilado con vistas a una magnífica colegiata y a sus casas coloridas a lo largo del Mosa: ¡un entorno atípico y fascinante! Para llegar a la famosa ciudadela, se puede tomar un teleférico para disfrutar de la vista panorámica.

Dinant también es conocida por ser el lugar de nacimiento del Sr. Sax, el inventor del saxofón. Si eres un apasionado de la música, o simplemente sientes curiosidad, no te pierdas el pequeño museo dedicado a ella. Descubra también la ruta “Sax y la ciudad” que le permitirá visitar todos los lugares imprescindibles y admirar las numerosas obras de arte repartidas por la ciudad en un guiño al artista.

6- Lovaina: patrimonio, arquitectura y espacios verdes

A sólo 30 minutos en tren desde Bruselas, Lovaina definitivamente merece una visita para admirar la arquitectura típica flamenca y disfrutar de una escapada a la naturaleza. En términos de patrimonio, el edificio que atrae todas las miradas en Lovaina es el fabuloso Ayuntamiento con su arquitectura gótica y su fachada monumental flanqueada por 236 esculturas. Tómate tu tiempo para pasear por el gran beaterio de Lovaina, un lugar típicamente flamenco que da testimonio de una tradición religiosa desde la Edad Media.

Si buscas algún espacio verde, te recomendamos dirigirte a Abbey Park para disfrutar de un oasis de tranquilidad a pocos minutos del centro de la ciudad, mientras admiras los magníficos edificios históricos. También puedes seguir la ruta ciclista de las Abadías para un paseo ecológico. Por último, también merece la pena visitar el Jardín Botánico de Lovaina.

7- Amberes: un patrimonio arquitectónico, histórico y cultural excepcional

A solo dos horas en tren desde París, Amberes alberga un gran número de joyas patrimoniales, arquitectónicas y culturales. En Amberes quedarás maravillado al llegar a la sublime estación central, considerada una de las más bellas del mundo. Tómate luego tu tiempo para pasear por el centro de la ciudad, alrededor de la Grand Place, para admirar los numerosos edificios históricos. Si buscas un ambiente y una arquitectura más modernos, dirígete al distrito Zuid.

Si te gustan las visitas culturales, Amberes lo tiene todo para complacerte con sus numerosos museos. Entre las visitas obligadas, no te pierdas el Museo de Bellas Artes de la ciudad, la Casa de Rubens, el famoso pintor, o el Museo MAS y sus colecciones marítimas. Desde la azotea del MAS también se puede disfrutar de una magnífica vista del centro histórico y del puerto de Amberes, uno de los más grandes de Europa.

8- Durbuy: visita la ciudad más pequeña del mundo

¡Bienvenido a la ciudad más pequeña del mundo! Situada a orillas del Ourthe, en las Ardenas, Durbuy no carece de encanto. A pesar de su pequeño tamaño, la ciudad está llena de magníficos edificios históricos y buenos restaurantes: déjate encantar por sus calles adoquinadas bordeadas de edificios antiguos antes de disfrutar de los productos locales en la terraza o visitar las tiendas de artesanos.

Durbuy también ofrece grandes posibilidades para realizar actividades de ocio o paseos por la naturaleza en los alrededores. Por ejemplo, descubre la roca Omalius y su abrevadero, o el magnífico Topiary Park. Si viajas en familia, dirígete a Adventure Valley, que ofrece una variedad de actividades: kayak, espeleología, escalada de árboles, ciclismo de montaña o escalada en roca... ¡Hay actividades para todos!

9- Lieja: entre arquitectura, cultura y exquisiteces

Lieja, antigua ciudad industrial de Valonia, desprende un ambiente dinámico y creativo. Aunque Lieja no tiene necesariamente los paisajes de postal de algunos de sus vecinos, la ciudad aún tiene algunos rincones muy bonitos y es especialmente atractiva por su atmósfera muy especial. Si llega en tren, podrás admirar inmediatamente la magnífica arquitectura moderna de la estación de Lieja.

El centro de la ciudad se recorre fácilmente a pie y se pueden admirar algunos edificios muy bellos como la Catedral de San Pablo o el Grand Curtius con su fachada de ladrillo rojo. Ármate de valor para subir los 374 escalones de la escalera de Montagne de Bueren y admira la vista de la ciudad desde la cima. Lieja también es un gran destino para los amantes del arte callejero. Por último, ¿cómo ir a Lieja sin probar un auténtico y delicioso gofre de Lieja ?

10- Namur: descubre las joyas de la capital valona

Concluimos esta selección de las ciudades más bonitas de Bélgica con Namur, antigua ciudad romana que alberga numerosos vestigios que dan testimonio de este tumultuoso pasado. Comienza tu visita en el casco antiguo de Namur, que es una concentración de sitios y monumentos históricos, como la Place d'Armes o la Catedral de Saint-Aubain, y hermosos edificios Art Decó. Con vistas al Mosa y al Sambre, la ciudadela de Namur es, por supuesto, imprescindible: se puede visitar libremente o realizar una insólita visita guiada por sus pasajes subterráneos. Se puede llegar a pie o en teleférico para admirar el panorama.

Namur, además de ser una ciudad con una magnífica arquitectura, es un destino dinámico y animado con sus numerosos museos, conciertos y eventos culturales de todo tipo. ¡Es una visita obligada si estás planeando un viaje a Valonia!

Intercambio de casa en Bélgica

Ahora ya sabes cuáles son las ciudades más bonitas de Bélgica, pero ¿qué pasa con el alojamiento? Con HomeExchange descubre una nueva forma de viajar.

Intercambio de casa: una estancia cálida y auténtica

La primera ventaja del intercambio de casas es que te permite viajar de una manera auténtica y amigable. HomeExchange te permite unirte a una comunidad con valores comunes como compartir, la generosidad y la convivencia. Al intercambiar tu casa, además de disfrutar de un alojamiento auténtico y acogedor, no estarás exento de conocer a maravillosos anfitriones.

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Ahorra dinero con el intercambio de casas

Otra ventaja importante del intercambio de casas es que es una solución realmente barata para encontrar alojamiento. El alojamiento suele ser uno de los mayores gastos en vacaciones: gracias al ahorro conseguido, podrás disfrutar de más actividades culturales y de ocio, salir a restaurantes, etc. Además, no dudes en pedir a tus anfitriones sus consejos para visitar el destino como un local a menor coste.

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Cambia tu hogar por un viaje más responsable

Si quieres viajar limitando al máximo tu impacto , el intercambio de casas tiene todo lo necesario para ser la modalidad de alojamiento más responsable. Lo opuesto al turismo de masas, intercambiar tu casa te permitirá participar en la economía local, sumergirte en la cultura del destino que estás explorando y limitar tu participación en el turismo masivo.

HomeExchange responde de forma clara e inteligente a nuestras necesidades de compartir, de viajar con un impacto ecológico mínimo y, todo ello, con respeto y consideración hacia los demás . ¡Es excepcional y valioso! » Valerie