¡Qué maravillosa sensación la de tener entre tus dedos un billete premiado, el gordo de la lotería o tu número que ha salido en un sorteo. Parece demasiado perfecto para ser verdad y te sientes la persona más feliz del mundo. Con IntercambioCasas, te puede ocurrir de la forma más inesperada, un día cualquiera cuando compruebas los mensajes en tu buzón de entrada.
Por Victoria Ortiz
Entre las más de 65.000 ofertas de IntercambioCasas en todo el mundo, hay increíbles castillos, playas privadas y maravillas arquitectónicas que mucha gente sólo ve en las revistas. Estas fabulosas viviendas no están disponibles para el alquiler, incluso para los más acomodados. Sin embargo, como miembro del portal, una de ellas puede ser tu casa durante unos días.
Como es lógico, piensas que el dueño de este chalet suizo de diez habitaciones sólo quiere intercambiarlo con una casa de características similares. ¡Pues estás equivocado! Estos miembros están abiertos a muchos destinos e incluso, en ocasiones, son ellos los que te mandan una propuesta. Que luego aproveches o no la oportunidad que te da ese billete premiado depende de ti pero, como lo demuestran estos cinco miembros del equipo de HomeExchange, tal vez tengas que pellizcarte un par de veces del asombro cuando abras ese mensaje.
Semana de ensueño
Cuando Katia X. recibió la propuesta de José y Alex, no podía creerlo. Con la boca abierta, fue viendo las fotos de este piso con terraza y maravillosas vistas al Mediterráneo, en una urbanización cerrada en las alturas de Ibiza.
“Su casa era obviamente mucho mejor que mi ‘piso muy normal’ en Bruselas”, dice Katia. Por lo tanto, su primera reacción fue preguntarles: “Estáis seguros de que queréis intercambiar conmigo?”
Cuando confirmaron que les interesaba mucho visitar Bruselas, aceptó enseguida su propuesta. Katia soñó con el piso, situado en un lugar tan idílico, durante una semana entera. Una vez allí, cada mañana se sentía como una reina mientras saboreaba su café en la preciosa terraza frente al mar. Al volver a Bruselas, su piso estaba más limpio que nunca, con una bonita nota de agradecimiento “que aún tengo puesta en el frigorífico” y un ramo de flores encima de la mesa.
“Es el tipo de experiencia que sólo te puede proporcionar IntercambioCasas: auténtica hospitalidad y la posibilidad de alojarte en fabulosas casas.”
Chimenea en todas las habitaciones
Tal vez parezca un detalle, pero es importante cuando viajas a San Miguel de Allende, México, en el mes de enero. Mirey, de Turquía, ha hecho decenas de intercambios, pero este era realmente algo aparte.
“La propia casa parecía de las que salen en las revistas de decoración”, cuenta Mirey. “El dueño coleccionaba objetos de todas partes de México, como cajas de cerillas de Frida Kahlo, vasos de cristal verde y varias esculturas mexicanas de esqueletos.”
Al llegar se paseó por el jardín decorado de azulejos, las tres salas de estar de ambientes diferentes y las cinco terrazas, cada una con vistas distintas a la ciudad. “¡El dormitorio nada más era más grande que mi piso en Estambul!”, se asombra. La terraza con jacuzzi al aire libre era impresionante, “pero lo más increíble era que teníamos a un cocinero y una señora de la limpieza que venían todos los días para ocuparse gratuitamente de nosotros.”
Había flores frescas en cada habitación y el día de su llegada encontró una jarra de zumo natural de naranja recién exprimido, un cuenco de guacamole, tortillas mexicanas caseras y sopa en la nevera.
Los dueños de la casa aún no han ido a visitar a Mirey a Turquía. “¡Esto demuestra la generosidad de los miembros de nuestra comunidad!” añade.
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Todo en buena compañía
El verano pasado, Éva C. viajó en coche desde Budapest, en Hungría, hasta Cádiz, en el extremo sur de España. Hubieran sido unos 3.000 kilómetros de un tirón, pero prefirió organizarlo con varias paradas, lo que le permitió hacer increíbles intercambios.
Se puso en contacto con una oferta de casa situada cerca de Carcassonne (Francia), en el pequeño pueblo serrano de St-Hilaire, con la idea de hacer senderismo. Pat y Roger aceptaron su propuesta y Eva fue su primer huésped de intercambio. Se quedó allí durante cinco maravillosos días, tomando el desayuno en el jardín con vistas a la antigua abadía, bañándose en la piscina y saboreando copas del champagne producido en la zona. “Incluso me llevaron a Carcassonne el 14 de julio para ver los fuegos artificiales desde el castillo”, cuenta Eva. “Sin embargo, lo que más me gustó fue la compañía de Pat y Roger, a los que ha sido un placer alojar después en mi casa de Budapest.”
El intercambio que podía haber sido
“Me quedé realmente sorprendida cuando recibí esa oferta de intercambio desde… ¡Ciudad del Cabo!”, dice Pilar. “Era una casa increíble: una mansión de varias plantas (solo la primera planta tenía 800 m2) con un jardín magnífico y piscina climatizada. No podía creerme que ellos quisieran intercambiar casa conmigo, con mi piso en Córdoba (España).
Al final no pudo ser porque no cuadraron las fechas, pero después de varios mensajes, lo que realmente me encantó es que ellos estaban buscando un intercambio específicamente en Córdoba. ¡No en cualquier otro lugar!. Fue un placer conocer a una familia en Ciudad del Cabo, justo en el otro extremo del mundo, que no solo conocía mi ciudad sino que quería visitarla. Ésta es el tipo de sorpresa que solo te ocurre en IntercambioCasas y que hacen que realmente me apasione. ¿Quién sabe dónde será nuestro próximo intercambio?”
La oferta más impresionante
¿Las islas Cook? Rujana L. no había oído hablar de ellas hasta que recibió la propuesta de intercambio. “Tuve que buscar en el mapa durante unos minutos para encontrar las islas Cook, que están en la otra punta del planeta”, dice Rujana. Esta familia quería venir a mi casa de la isla de Hvar, en Croacia. Al final Rujana no pudo aceptar la propuesta, pero no se le olvidará nunca la sensación de asombro mientras descubría las fotos de lagunas de aguas cristalinas, fina arena blanca y palmeras que parecían demasiado perfectas para ser reales. “Su casa es la oferta más impresionante que jamás haya visto en el portal, ¡y ni siquiera les he contactado yo la primera!”.
Y a ti ¿a dónde te gustaría que te lleve tu “décimo de la suerte”?
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