Testimonio de nuestros miembros: Monique
Testimonios de nuestros miembros: Monique
Para celebrar que HomeExchange ha llegado a las 200.000 casas, queríamos hacer un pequeño reconocimiento a uno de nuestros miembros más veteranos. Muy cerca de Montparnasse conocimos a Monique, una agregada de prensa reciente y felizmente jubilada, elegante y dicharachera, que es miembro desde hace ya más de dos años. Su historia de amor con el intercambio de casas empezó de mala manera: “¡mi primera experiencia fue también la peor!” nos cuenta, riendo.
En 400 conversaciones con otros usuarios de HomeExchange, solo una mala experiencia: la primera.
Quería pasar la Nochevieja visitando Marsella con su nieta. De casualidad, recibió un correo de HomeExchange… ¡y así empezó todo! Se registró. “Intercambiar unas casas con otras para hacer viajes se corresponde perfectamente con mi espíritu, pero no siempre es fácil encontrar alguien cuyas fechas te encajen a la perfección. Con la invención del sistema triangular con el que los miembros pueden ganar puntos alojando y después usar esos puntos para ir a algún otro lugar; ¡HomeExchange ha encontrado una solución increíble!”
Con sus primeros 750 puntos, ganados simplemente por registrarse, Monique decidió probar con alguna casa en Marsella, pero una vez que llegó, la limpieza y el buen gusto dejaban mucho que desear. “Nos quedamos allí de todas formas, y decidí hacer la limpieza por mi cuenta para tratar de sacarle el mejor partido a la estancia”.
Desde aquella vez, Monique sigue tres reglas a rajatabla para evitar experiencias similares: contactar solo con anfitriones con un alto índice de respuesta, que estén verificados y tengan foto de perfil. Obviamente, las valoraciones y comentarios de otros miembros son también buenos indicadores.
“Hice bien en volver a intentarlo, porque todas las experiencias posteriores han sido extraordinarias. ¡Sin gastarme ni un céntimo, me alojo con todos los lujos!” dice riéndose, encantada. Por ejemplo, el verano pasado pudo pasar un mes completo en la Costa Azul, cerca de Toulon, y justo al lado del mar, sin pagar nada y en plena temporada alta.
“Encontré un hueco en el apartamento de una viuda de 70 años, pero muy joven de espíritu, en una península apartada de los típicos circuitos turísticos. Había un pinar que a lo largo de toda la playa, un pequeño mercado, pescado fresco diariamente… Roselyn me hospedó durante una semana, y cuando le pregunté si conocía algún lugar barato donde alojarme para prolongar mi estancia, me dijo con toda naturalidad que sus vecinos pasaban mucho tiempo en su barco y que estarían muy contentos de prestarme su casa mientras ellos estaban navegando”.
Según ella, la falta de pago cambia realmente la situación. Pagar un alquiler es pagar por un servicio, lo cual te permite exigir algo a cambio. “El hecho de no pagar nos hace tener otra actitud. Nunca olvido que estoy en casa de otra persona, y que tengo suerte de tener esa oportunidad, y esto me impulsa a tener una relación diferente con la gente que me rodea. No pido nunca nada, simplemente estoy agradecida con aquello que quieran ofrecerme”. ¿Su próximo viaje? Martinica, en una casa equiparable a un hotel de cinco estrellas, con piscina infinita con vistas sobre el océano.
“Es mucho más lo que ganamos confiando, que al desconfiar unos de otros”
¿Su mejor experiencia como anfitriona? “*Es difícil de decir, porque en cada ocasión intentamos ver lo mejor. Cada experiencia es algo totalmente diferente… Sin exagerar, todas han sido especiales a su manera”. *La mayoría de las personas a las que ella hospeda son bastante discretos, nadie ha sido nunca demasiado intrusivo o se ha sobrepasado. Charlan durante el desayuno o por las noches, (sus invitados tienen un ala privada de la casa con dos habitaciones y un baño, y la cocina es compartida) y frecuentemente Monique les ofrece un tour por París en su propio coche. “Me encanta mi ciudad. Su historia, sus monumentos, sus anécdotas y relatos, asesinatos, pequeños detalles en la arquitectura. Contándoles todo esto, yo también disfruto mucho, nunca me canso de ello”.
Para ella, recibir invitados es un tema de respeto hacia la privacidad y la conciencia de cada persona (prepara el apartamento con pequeños detalles para sus invitados hasta que el piso está inmaculado), pero sobre todo, un tema de confianza. “*Estoy intentando convencer a mis vecinos de registrarse, pero tiene miedos por sus pertenencias. Puedo entenderlo, pero personalmente no soy una persona muy apegada a los bienes materiales. En mi vida, he ahorrado mucho tiempo confiando en los demás. Para las pocas veces que he sido decepcionada, hay un número incalculable de veces que confiar en la gente me ha aportado buenos momentos”. *
Por parte de HomeExchange, ella no ha tenido nunca ningún problema, y en cualquier caso, confía lo suficiente en el depósito de seguridad y en el sistema de verificación como para no preocuparse. “*Pienso que atraemos a gente como nosotros. El balance se produce instintivamente: encontramos gente como nosotros al leer sus perfiles, sus comentarios, viendo las fotos de sus casas… Algunas veces nos equivocamos, pero es raro”. *
Las prioridades de Monique en HomeExchange: el deseo de viajar, las casas, ¡y que es gratis!
Finalmente, el otro gran placer de Monique es buscar casas en la página web. “Me encantan las casas bonitas. Es la casa lo que me hace decidirme, más que la región. Una vez un amigo volvió de Noruega, donde había pasado diez años, y simplemente comencé a buscar alojamientos en Noruega. Soy una fan total de Asia e Italia, cualquier día podría coger y viajar allí, pero los países nórdicos también me llaman mucho”.
Para ella, la prioridad en HomeExchange no es conocer gente, sino viajar: son las casas el principal atractivo del sistema. El que sea gratis también es un factor importante: “*Me contactó una persona de Bali con una casa de 350 m2 en el medio de los arrozales. Quería venir a París por negocios para dos o tres meses. Para mí, siempre me he dicho que me gustaría vivir en Bali la mitad del año cuando estuviera jubilada. ¡Es ahora o nunca! *
Monique ha tenido una gran cantidad de peticiones de todos los rincones del mundo, y a pesar de que acepta hospedar gente a cambio de GuestPoints, ella prioriza a aquellos invitados cuyas casas puedan interesarle para ir en un futuro. Sin embargo, esto no le impide soñar con la posibilidad de viajar a las casas de los miembros de Costa Rica o California que marcan como favorito su dúplex parisino. “Después de todo, por qué no…”
Dado el creciente éxito de GuestToGuest, ¿le preocupa que la plataforma pierda su esencia? “Me he preguntado eso a mí mismo, pero sorprendentemente he descubierto lo contrario: el entendimiento en los mensajes es mejor que al principio. Más y más gente escribe mensaje personalizados. Y la gente responde con más frecuencia: el primer año, de cada diez mensajes recibía dos respuestas, ¡y ahora todo el mundo responde!
Sigue el ejemplo de Monique y únete a la mayor red mundial de intercambios de casas.
¡Felices intercambios!
Carlos